No todos los malvados tienen un aspecto espantoso, feo u horroroso.
En nuestra clase ha aparecido un nuevo cuento, aunque no entendemos por qué, ya que no se ve un malvado. Asi, viendo la portada, nuestra compañera Mia reconoció el cuento que se llamaba Ricitos de Oro. Así que le pregutamos al lobo Jacobo y el nos indica que quiere que lo leamos.
Una vez narrado el cuento, entendemos que esa niña de pelo amarillo se portó mal por entrar en una casa que no era suya, por coger las cosas y comer comida que no eran de ella.
Entendido que podemos a veces portarnos mal, vamos a representar el cuento. Pedimos voluntarios, podía ser un chico o una chica. Pero nuestra primera opción simula entrar en la casa y le da el corte.
Así que hacemos un nuevo casting y Ricitos de Oro si tiene los pelos de oro pero no de precisamente rizados.
Así Lisitos de Oro entra en la casa en medio del bosque y observa a su alrededor.
Ve una mesa puesta y se dirige a ella.
Probó sentarse en las sillas de distintos tamaños. Aprendemos a comparar los tamaños grande, mediano y pequeño.
Ricitos de oro prueba la comida (caliente, fría y estupenda).
Se va al salón y prueba los distintos sillones (si son los mismos pero no tenemos más variedad de mobiliario).
Por último se va a la habitación y prueba las camas (dura,blanda y estupenda) Primero la cama pequeña...
la grande...
y la mediana.
Cuando Ricitos es despertada por los osos sale huyendo de la casa asustada y habiendo aprendido la lección.
Con este cuento, además de aprender muchos conceptos matemáticos, nos hemos divertido de lo lindo.
Me ha ENCANTADO lisitos de oro 😍
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