Este año más tarde de lo que acostumbramos, recibimos en el cole a una pareja muy singular de castañeros, que nos prepararon un montón de castañas asadas deliciosas que tomamos a modo de desayuno. El ayudante del día las pagó como correspondía. 
Hubo a quienes les costo comerse una y hubo a quienes les costó no dejar de comer en todo el día. 
A una castaña castañita, un cochinito le dijo oink oink....
















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