Todo estaba previsto y llegó el día. Disfrazados con nuestros originales disfraces calentamos motores en el cole, donde la liamos no dejando dar clase a nuestros compañeros/as de primaria.
Por el camino nos encontramos con el director, y cuál no fue nuestra sorpresa que venía con un jersey rosa. Así que todos nos lanzamos a sus brazos.
Ya en la calle canturreamos nuestras coplillas, saltamos charcos, tocamos nuestros silbatos, cantamos oinks oinks y disfrutamos juntos del carnaval de nuestro pueblo, sacando las sonrisas desde los tenderos del mercado, a los trabajadores del ayuntamiento, a nuestras familias y a todo aquel o aquella que nos encontrabamos por la calle.
Pa comérselos.¡¡¡Están todos muy lindos de cerditos!!!.El año que viene,hay q prepararlo con más tiempo y creo que deberíamos de animarnos a participar las mamás,q hemos estado....bueno yo por lo menos,¡¡¡prometo animarme!!!.jajajaja.
ResponderEliminar¡Pero que salaos están esos cerditos!Qué derroche de diversión en ese escenario de "La Pepa", durante el pasacalles... charcos de barros...! Eso si, el próximo año tendremos que acompañar al auténtico granjero y sobre todo por nuestros hijos-as,---al menos así me lo dejado bien clarito el mío--a su modo de entender. Muy simpática la foto de los oinks, oinks acorralando al director "rosa". Chaíto.
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