Toca el momento de las despedidas. Mira qué hemos tenido ya que pasar por esto pero no nos acostumbramos. El maestro Jesús, nuestra compañera Nerea, la maestra Victoria y ahora nos toca despedirnos de ti, mi maestro Alejandro. MAESTRO en mayúscula porque su humildad, por su cercania, por su capacidad de aprender y trabajo, por su dedicación y entrega, por ser capaz de escuchar y ser escuchado, por su corazón y su coraje, por querer ser diferente y por estar acompañando a todos esos dragoncitos y dragoncitas, toca aplaudirte y desearte todo el éxito para que pronto estés nuevamente en el colegio ocupando el lugar que te corresponde. Las lágrimas que familias, alumnado y del maestro Raúl son de corazón y agradecimiento. Formas parte de nuestra gran familia. Cuando dudes, cuando te falten fuerzas, cuando creas que no serás capaz ... recuerda todo lo que conseguiste de nosotros y con nosotros.
Y yo, como tu compañero y amigo, sabes que te voy a extrañar. Suerte Alejandro. Nos veremos muy pronto por los pasillos de algún colegio recordando las aventuras de esos dragones.