viernes, 11 de abril de 2014

Pompas de felicidad

En la última asamblea, Gloria trajo al aula un pompero. Acto seguido, durante unos diez minutos, todos fuimos nombrando los pomperos que teníamos en casa y cómo los habíamos conseguido. Así que a propuesta de los maestros acordamos traerlos de casa al cole para jugar entre todos un rato. Sin avisar ni enviar nota, el único requisito era acordarse de pedirselo a nuestros padres y madres. Dicho y hecho. Al día siguiente estuvimos jugando a hacer pompas y pasamos un rato muy divertido.











1 comentario:

  1. Y no me dio '' na''con el pompero... , yo no me lo creía, acostumbrada a las notas escritas, pero resultó ser cierto, y cuanto me alegro de haberle hecho caso. Mama samuel

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