Antes de las merecidas vacaciones de Semana Santa hemos podido disfrutar de las costumbres y tradiciones de nuestro pueblo.
Primera estación: la capilla del Cristo de Mar, para contemplar uno de nuestros pasos preferidos: la borriquita. También experimentamos cómo se siente un costalero y no perdimos la oportunidad de visitar el museo de Semana Santa que posee.
Antes de volver al colegio, nos fuimos a un supermercado local a comprar algunos productos típicos de Semana Santa. Este año nos decantamos por hornazos y pestiños. Paco, el ayudante del día, fue el encargado de realizar la compra.
Y en el cole, pues lo que tocaba era hacer nuestra propia cofradía y sacar un pasito de Semana Santa. No hicimos estación de penitencia porque bastante tienen con nosotros nuestras familias y maestros.Penitentes, banda de música y mantillas para una procesión de lo más singular.
Y con el buen tiempo salimos de procesión, por fin por fuera del cole, para nuestro disfrute y el de los mayores.
Pero no habíamos acabado. Aún quedaba probar todo lo que habíamos comprado.
¡Qué pena que sean una vacaciones tan cortas!