martes, 15 de octubre de 2019

Llegan los caballos llenos de sorpresas.

Y de que manera. Tras la pasada nota, al llegar al aula nos hemos encontrado con una sorpresa totalmente inesperada. ¡Un caballo en clase! ¡Qué alboroto y qué algarabía de 0 a 5 segundos. Gritos, dudas, ganas de acariciarlo.






Y ante este hecho corriendo fuimos a contarselo a todos los amiguitos del cole, pero la sorpresa no dejaba de crecer porque en sus clases también habían otros dos caballitos. Lo único es que el nuestro era enorme.


Pero las sorpresas no vienen nunca solas, y es el que el caballito no era un caballito, sino dos caballitos. Vamos, que era una yegua, según comentaron en la asamblea, y estaba teniendo un bebé. Perdón, un bebé no, un potro. Era Pilu, el último de los tres hermanos: Pilu, Mela y Lupi. 



Pusimos a ambos a salvo.


Pasado el tiempo nos presentamos a Pilu, con carantoñas, besos y mucha ternura presentándonos uno a uno.








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