viernes, 29 de marzo de 2019

SERGIO ORTÍZ Y LA PASTELERÍA LA TORRE.

A finales de semana cada uno trajimos un pastel para desayunar en clase, debiendo comprarlo nosotros mismos. Cuando fuimos preguntados dónde fuimos a comprarlo, una gran parte de la clase respondió que en una pastelería.

Acto seguido preguntamos si alguien recordaba el nombre de la pastelería, y unos pocos dijeron que era LA PASTELERÍA LA TORRE. 

La siguiente pregunta fue si conocían el nombre de ese pastelero, y Julia comentó que su hermana estaba en la clase de la maestra Eva y que su hermana era la novia del hijo del pastelero que se llamaba Rubén. Así que podíamos ir a preguntarle a ese niño como se llamaba su padre.

Todo ello lo fuimos apuntando para no perdernos en con tanta información.

Pero esa mañana la clase de Rubén estaba fuera, haciendo una visita en la Policía Local, con lo cual desanimados por no saber el nombre del pastelero, íbamos un tanto así. Así hasta que nos cruzamos con Casi, el Conserje, y nos dijo que se llamaba Sergio Ortíz.





Volvimos rápidamente y lo apuntamos. Con el móvil del maestro llamamos a la pastelería para preguntar por Sergio y saber si podíamos ir a cocinar con él chocolate. Se mostró entusiamado y acepto nuestra invitación.
En ese momento usamos youtube para conocer más sobre Sergio Ortíz, hijo de pastelero de Huelva, con 39 años, estudió en la Escuela de Hostelería, segundo puesto en el World Master Chocolat y un pastelero muy importante. 



Con tanta investigación, se nos abrió el apetito. Sacamos nuestros pasteles y explicamos a los compis qué habíamos traído para el desayuno. Las palmeras fueron las ganadoras aunque para gustos, colores.
















Con toda esa información de nuestra investigación, a la vuelta de patio, elaboramos la biografía de Sergio y conocimos que en una biografía había que apuntar las cosas más importantes de la vida de una persona.





Una vez acabado el trabajo, nos reunimos en la alfombra para hacer una lluvia de ideas para votar el nombre de nuestra propia pastelería donde hacer y vender nuestros propios pasteles de chocolate. 
Inciso, recordad las palmeras de chocolate.


Empezamos a votar hasta llegar a un acuerdo. Nuestra pastelería se llamaría PASTELERÍA CORAZÓN DE CHOCOLATE.




Al empezar la semana, dejamos las mochilas, cogimos nuestros gorros de pasteleros y pasteleras, y nos fuimos hasta la pastelería.

Allí nos esperaba Sergio Ortiz y la familia de la Torre. 




Nada más cruzar las puertas pudimos ver los expositores llenos de bombones, dulces y pasteles, con mucho chocolate.



Pasamos al interior, a las cocinas del obrador, y recibimos una master class de chocolate con el reto de hacer trufas bañadas en chocolate blanco y decoradas con diferentes topings. Pusieron a prueba nuestros conocimientos y nos felicitaron por lo bien que manejabamos la teoría.








Y la magia sucedió. Sergio nos dijo que ibamos  a empezar. El resto ya os lo habrán contado ellos y lo habréis probado en casa. En imagenes esto fue lo que pasó.


































































Acabados pudimos ver la obra premiada, una escultura de chocolate que bien mereció dicho premio. Aunque el conejo de pascua le hacía sombra.






Momento de guardar las trufas y recoger las cocinas.











Pero antes de salir dar las gracias a esta maravillosa familia, y en especial a Sergio por abrirnos las puertas de su establecimiento, acogernos y hacer soñar a la clase superhéroe con el olor, textura y sabor del chocolate. Ha sido un placer y todo un privilegio que jamás olvidaremos. ¡Muchísimas gracias, por ser como sois! ¡Grandes profesionales pero aún mejor personas!


Ya en clase emplatamos nuestras trufas y guardamos las restantes, porque no sé cuantas trufas hicimos sinceramente, para desayunar al día siguiente. Pero las emplatadas para casa para enseñar que con esfuerzo e ilusión, todo es posible.





¿Qué donde están el resto?