Ya hace meses que tenemos a nuestros peces y siempre hemos dicho de ponerles nombre pero han ido pasando los días y siempre se nos ha ido quedando pendiente de hacer. Hoy Eva nos lo ha recordado y hemos priorizado esta actividad sobre otras. Elegir el nombre conlleva hacer una lista y votar entre todos las distintas opciones.
Ello conlleva escribir las distintas opciones, transcribirlas, votar y recontar...
Al nombrar a los peces, dejamos de verlos como simples objetos o elementos decorativos, y más como seres vivos con personalidad, lo que fomenta el respeto hacia ellos. Además, para los niños, esta práctica puede ser una excelente forma de enseñarles sobre responsabilidad y cuidado. Dar un nombre a un pez también puede convertir la experiencia de tener una mascota acuática en algo más significativo.
Trabajo tenemos porque son 10 peces y tan sólo hemos dado nombre a Piper (pez naranja completo) y Unicornio (pez azul completo.
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