Momento de nervios. Nuestra carta llega al buzón real. ¿Pero qué ha pasado antes para que lleguemos a esta imagen?
Pues que hemos conversado sobre los regalos a los Reyes, la necesidad de compartir, de pedir lo que realmente queremos, de nuestro comportamiento y sobre que es realmente lo que nos gustaría recibir. Y con esas premisas, hemos afrontado uno de los trabajos en los que la motivación va sola. Escribimos nuestra carta conversando con nuestros amigos sobre lo que más les gustaría ver en sus casas en la mañana más mágica del año.
Algunos pajes de sus Majestades se han indispuesto, teniendo que pedir ayuda a algunas familias que estaban por el cole. Un cambio de look y podemos empezar.
Tras depositar la carta, hablamos con la realeza y nos obsequían con un pequeño adelanto de un juguete que guarda mucha relación con nosotros: los caballos.
Sus altezas visitan el patio y nos obsequian con caramelos de muchos colores aunque todos de menta que no tienen mucha aceptación entre el público más joven.
Y así se cumple un año más la tradición y los sueños en nuestro cole. Un lugar mágico donde la magia habita en los corazones.
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