Nos ha llevado mucho tiempo pero por fin hemos puesto en pie nuestra propia casita de chocolate. A ver si entre todos conseguimos que Jacinto, que es distinto, vuelva a ser de carne y huesos. La bruja debe saber que estamos haciendo de todo por nuestro amigo, hasta reproducir su hogar después de leer todos los cuentos que nos han llegado a clase.
Eso si, no nos hemos podido resistir a quitarle a la casita algunos paragüitas de chocolate antes de irnos a casa.
Preciosa! No la tenías que haber quitado!
ResponderEliminarEstaba espectacular! Muy guay!
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