Va llegando el final del trimestre pero a nosotros no nos faltan las ganas de pasarlo bien y de vivenciar todo cuanto hacemos en nuestro cole. Tras estudiar qué es una cueva, cómo es una mansión o los murciélagos, hemos viajado hasta Aracena, con bastantes curvas, algún vómito inesperado pero con muchas ganas e ilusión por entrar en una cueva... perdón, en una gruta maravillosa.
En ella hemos sentido la humedad, el cambio del aire, las corrientes, las gotas que atraviesan la tierra hasta formar columnas, estalactitas y estalagmitas. Hemos visto los lagos aparecer o desaparecer. Incluso una piedra con forma de virgen o con formas más caprichosas.
Un lugar casi mágico que nos ha hecho tomar consciencia como podría ser la batcueva, eso si con todos sus elementos característicos.
Dar las gracias desde aquí a Amparo, nuestra guía, por adaptar su discurso a nuestros peques de manera tan singular.
Jamón no hemos podido probar pero si hemos visto la lavandería del pueblo muy significativa.
Ya a la hora de comer, disfrutamos con nuestros amigos/as y familias en un parque cercano donde el maestro no nos ha dejado ni a sol ni a sombra.
Un día muy especial en la que hemos disfrutado de uno de los monumentos naturales por excelencia de nuestra provincia.
A pesar del largo camino, ha merecido la pena
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