¡Buenas! Esta publicación es más personal así que necesito que os sentéis familia y dediquéis una última lectura al blog.
¿Qué tal estáis? Os vengo a contar como se inició una aventura muy especial.
Hace años, en septiembre del 2020, llegaba un maestro nuevo a un Centro de Educación en Bellavista. Cargado de ilusión, nuevos proyectos, iniciativas y ganas, le dieron una tutoría de 3 años. Casi nadie lo conocía, salvo una mamá que debe de conocer hasta a Luis Miguel.
Entre esos nuevos proyectos que traía con ganas de llevar a cabo (deberes whatsapp, displays, el huerto, la mesa de luz, más TICs, cuadernos del fin de semana, una maleta perdida, un monstruo comelibros,...) quería continuar con este blog, entre tantas y tan diversas actividades, con el fín de acercar mi práctica educativa a las familias que, generosamente, hacían día tras día el acto de fe al confiarme la educación de sus hijos e hijas, su mayor tesoro en esta vida. Y a todo eso le sumamos el inicio de las clases presenciales en pandemia. Todo un reto.
Y ese reto ha sido ampliamente superado por los verdaderos protagonistas de esta historia que han sido vuestros hijos e hijas. Y junto a ellos, vosotras, familias, que habéis sido clave a la hora del diseño y desarrollo de las actividades y juntos hemos hecho desaparecer las paredes del aula educativa como cómplices de la misma.
Han pasado muchas cosas en estos años. Experiencias de clase, rincones, proyectos, displays, efemérides, salidas por la localidad, viajes irrepetibles, visitas... todo ha sido recogido y plasmado a lo largo del tiempo. Tenéis una cápsula del tiempo, única, distinta, irrepetible con más fotos de las que pueda tener yo de mi propio hijo o de mi familia personal.
Escribiendo estas líneas voy bicheando al azar publicaciones y es asombroso cuantísimas cosas hemos llevado a cabo. Hacedlo cuando estéis sin saber qué hacer con el móvil, la tablet o el ordenador. ¡Es simplemente maravilloso!
Así que sólo puedo daros las GRACIAS como os la dimos el día de la graduación.
Gracias a todos esos nanos y nanas que me han enseñado a ver a través de sus ojos, descubriendo juntos el mundo donde vivimos. Por sus risas, sus berrinches, sus ganas de mejorar, su interés, su curiosidad, sus ansias de viajar, sus bocadillos de chorizo o de jamón, su espontaneidad, su amor y cariño. En mi corazón hay un trocito de cada uno de ellos y me acompañarán siempre.
Gracias a las familias que al 200% han estado conmigo. Así es muy fácil la verdad. A todas sólo puedo daros las gracias una y otra vez por confiar y creer, tanto que hasta logramos ese 9º premio a Mejor docente de España. Un sueño que jamás fue soñado y que soñé despierto gracias a vosotras.
Gracias a las delegadas de familias que han estado para la clase las 24 horas del día, haciendo una labor única y vital para el buen funcionamiento de la clase.