¡Buenas! ¿Qué tal estáis? Os vengo a contar como se inició una aventura muy especial.
Hace muchos años, en septiembre del 2011, llegaba un maestro nuevo a un Centro de Educación en Lepe. Cargado de ilusión, nuevos proyectos, iniciativas y ganas, le dieron una tutoría de 5 años. Este maestro era hombre, muy alto y nadie lo conocía, porque no era del pueblo y eso generó dudas y desconfianzas.
Entre esos nuevos proyectos que traía con ganas de llevar a cabo (observadores de aula, deberes whatsapp, participación de las familias...) nacía este blog, entre tantas y tan diversas actividades, con el fín de acercar mi practica educativa a las familias que, generosamente, hacían día tras día el acto de fe al confiarme la educación de sus hijos e hijas, su mayor tesoro en esta vida.
Desde entonces hasta ahora han pasado 9 años, en los que ha sido tutor de cuatro agrupamientos de alumnado, es decir, casi 100 nanos y nanas. Casi nada. Y esas dudas se disiparon por parte de todos, siendo un aula diferente gracias a las familias, al alumnado y a mis compis.
Han pasado muchas cosas en estos años. Cuatro promociones han dejado sus huellas en este blog. Sus familias han participado activamente en todas y cada una de las actividades que en ella se han dado. Experiencias de clase, rincones, proyectos, displays, efemérides, salidas por la localidad, viajes irrepetibles, visitas... todo ha sido recogido y plasmado a lo largo del tiempo. Es como una cápsula del tiempo, única, distinta, irrepetible.
Nos hemos reinventado como clase (desde la clase pelota a la clase caballo) adoptando mil personalidades para llevar a cabo una educación diferente, desde el corazón. Donde los protagonistas han sido los niños y las niñas; donde sus familias han sido clave a la hora del diseño y desarrollo de las actividades; donde los muros desaparecieron para acercar a toda la comunidad educativa como cómplices de la misma.
Durante este tiempo ha habido momentos para todo. Y cada uno de ellos han sido registrados. Son 1592 publicaciones que han recibido 951 comentarios, rompiendo fronteras para que hasta las familias de nuestro alumnado más lejana los puedan seguir; o incluso ayudando a otros maestros en su práctica.
Este blog quedo parado con la llegada de la pandemia, que no el trabajo como clase, ya que todo lo que viviamos lo hacíamos digitalmente, no tenía sentido estar duplicando lo que hemos vivido en este 2020.
Pero la publicación de hoy es muy especial porque a pesar de los números, del tiempo y de todo lo que recoge, es la última que se lleva a cabo con el alumnado del CEIP Alonso Barba.
Por eso quiero dar las GRACIAS desde nuestro Blog a todos y cada uno de vosotros que estáis leyendo estas líneas.
Gracias a todos esos nanos y nanas que me han enseñado a ver a través de sus ojos, descubriendo juntos el mundo donde vivimos. Por sus risas, sus berrinches, sus ganas de mejorar, su interés, su curiosidad, sus ansias de viajar, sus bocadillos de chorizo o de jamón, su espontaneidad, su amor y cariño.
Gracias a las familias que al 200% han estado conmigo. Así es muy fácil la verdad. A todas sólo puedo daros las gracias una y otra vez por confiar y creer, incluso cuando otros no lo hicieron.
Gracias a las delegadas de familias que han estado para la clase las 24 horas del día, haciendo una labor única y vital para el buen funcionamiento de la clase.
Gracias a las personas del pueblo que han dedicado parte de su tiempo a traernos al aula sus conocimientos (desde los abuelis, representantes del arte del pueblo, de su gastronomía...)
Gracias a los conserjes que han puesto de pie cualquier idea o locura que les he planteado. Con sus aportaciones, ideas, consejos y su buen hacer.
Gracias a las limpiadoras por su paciencia al llegar a una clase llena de "chismes", alpaca, objetos miles y donde el metro cuadrado cotizaba caro. Una clase difícil para una bayeta, un cepillo o una fregona.
A todo el alumnado en prácticas que ha querido seguir su formación junto a nosotros, siendo uno más en todo y para todo.
Gracias a mis compis de Primaria, que en su mayoría han sabido apoyar y respetar el trabajo de infantil. Por hacernos cómplices de muchas de sus actividades y por permitirnos colaborar con ellos.
Gracias a mis compis de Especial por aunar esfuerzos y dar visibilidad a las diferencias. Ade, Lorena y Carmen, sin palabras para vosotras.
Thank you a los especialistas que han aportado lo mejor de si mismos en nuestra aula. ¡Amén!
Gracias a la mayoría de mi equipo directivo, porque me han hecho redoblar esfuerzos. Aunque de manera especial dárselas a esa jefa de estudios llamada Mery, que fue la que apostó por una forma diferente de educación apoyándome en todo. Sin ella todo hubiera sido mucho más difícil (aunque los dromedarios no llegaron al cole). He aprendido que hasta cuando intentan apagarte, uno puede seguir brillando más fuerte en la oscuridad.
Gracias a mi compis de Infantil, y de manera especial a mis compis de nivel. Yolanda (centrada y risueña), Rocío (paciencia y trabajo), Eva (constancia y alegría) y Trini (organizada y cariñosa). No me olvido de Juani (dulce y curranta). Todas ellas han jugado un papel muy importante para que yo hoy esté aquí escribiendo estas líneas. El respeto, el trabajo en equipo como compañeros, el cariño y las horas de entrega a la profesión han sido para mi vitales. Soy mejor gracias a todo lo que ellas me han enseñado porque son MAESTRAS DE INFANTIL EN MAYÚSCULA. Juntos hemos vivido todo tan intensamente que me va a ser muy difícil no contar con ellas en el futuro.
La clase se quedó vacía mucho antes de lo que esperaba. Las risas a través de los altavoces no suenan igual. Las clases o una improvisada graduación por Zoom se nos quedó corta. Los deberes por el móvil no se corrigen igual. Pero aún así ni siquiera una pandemia ha podido con eso que tiene esa clase. Es el efecto bizcocho (recordáis).
Escribiendo estas líneas voy bicheando al azar publicaciones y es asombroso cuantísimas cosas hemos llevado a cabo. Hacedlo cuando estéis sin saber qué hacer con el móvil, la tablet o el ordenador. ¡Es simplemente maravilloso!
Quizás volvamos a abrir este blog algún día para las familias del alumnado de un nuevo Centro. O quizás quede aquí para el recuerdo de algunos pocos.
En fin, el Maestro Raúl que se despide con un hasta pronto de todos vosotros y con las últimas imágenes en la retina para la posteridad.
Así fueron las clases online diarias a través de Zoom. En pijama, en la cocina, en la terraza... Hemos sido capaces de seguir las clases desde el minuto 1 del confinamiento trabajando lectoescritura, lógico-matemática, plástica, educación física, etc. Y hacer todo un proyecto sobre el covid y sobre las emociones a través de una pantalla. El más difícil todavía.
O la graduación con nuestros diplomas, vídeo despedida y un regalo especial para cada uno de ellos. Y hasta para el maestro. La magia de la clase, de las personas que en ella habitan, es insuperable.
Estas son las últimas imágenes desmontando la fábrica de sueños.
Un 25% ha sido reciclado (buen uso le hemos dado a todo) y el resto bien guardadito. No os voy a decir los viajes que he tenido que dar para recogerlo todo.